16 julio 2014

Un día tras otro y el reto de animar en solitario

Un día tras otro y el reto de animar en solitario

Por: Jorge Luís Peña Reyes



El premio latinoamericano de animación al cortometraje Un Día más en el Festival Notodofilm de España es el resultado más importante del joven puertopadrense  Marcos Menéndez Hidalgo (MMH) que decidido por una estética minimalista y con un  oficio de creación en solitario difícil de igualar, construye una obra con resonancia internacional.

(P): ¿Cuánto significa para Marcos este premio en un festival de esta categoría?

(MMH): No voy a  decir que no lo esperaba porque tener dos nominaciones en un festival como este, es un buen resultado. Yo estaba contento tan solo con eso, soñaba con el premio y  llegó. Pero el saber de las más ochocientas vistas en Youtube y de los comentarios que había generado Un día más me dejaba muy satisfecho y me sembraba expectativas. Ahora la alegría es extrema porque este premio marca pautas y llama la atención tanto a la comunidad internacional como dentro de Cuba hacia el reconocimiento de mi obra.

(P): ¿Cuánto desafío implica para ti este premio a la hora de crear futuras propuestas?

(MMH): Este resultado pone la varilla todavía más alta. Este es mi quinto trabajo y luego de descubrir esta forma de expresarme y lograr cierto sello distintivo en cuanto a estilo, estética, concepto, inquietudes y forma de contar. Reconozco que el próximo material  tiene que ser mejor y habrá que dedicarle más  tiempo. Ahora trabajo en un proyecto que se llama El pescador de arcoiris con argumento de mi autoría y con un tema bastante sensible como es la familia y que exigirá replanteármelo porque no debo salir con un corto por debajo de Un día más.

(P): ¿Qué cuenta este corto premiado?

(MMH): Es la historia de un personaje que despierta cualquier día  y comienza a sufrir cambios en su rutina. Eso lo inquieta. Hace lo de siempre y lo primero que descubre es su desnudez, luego se afeita; cuando termina y se mira al espejo nota que sigue barbudo, aun así sale a  la calle al encuentro de su vida de siempre, pero para él las cosas cambiaron de un modo drástico y definitivo.

(P): ¿Por qué utilizas la animación para dirigirte al público adulto?

(MMH): Yo me inicié trabajando para niños con el corto Donde el jején puso el huevo que fue mi primera obra, la que me encaminó y me ayudó a descubrir que la  animación era un recurso válido para contar  historias de todo tipo, por su expresividad, útil para hacer documentales y  para tocar temas escabrosos como la sexualidad. Después  participé en la muestra de realizadores que dirige el ICAIC, en el Festival de Córdova y de ahí he seguido de cerca la participación en encuentros y el trabajo creativo personal.

(P): ¿Por qué eliges hacer tu carrera en solitario pese a las dificultades que esto genera?

(MMH): No me enorgullezco de eso. Trabajo solo por necesidad y por vocación. He encontrado en esta manera de enfocar la creación, resultados. Lo cual me da una pista y me dice que es posible. En una ocasión conocí en una muestra a Miguel Coyula, un realizador cubano muy destacado que hizo una película solo: la cámara, la edición, la dirección; como si fuera una obra de arte, cierto que demoró  cinco años para cristalizar este proyecto, pero ese método de hacer cine que llegó en los últimos tiempos gracias a la democratización de la  tecnología, permite elaborar el producto audiovisual pleno y coherente. También lo hago así por las características de mi obra que es minimalista, pero cuando la historia exige 3D o rebasa los tres minutos se hace muy engorrosa la creación en solitario, porque la animación es de mucho esfuerzo y confrontación constante. Yo traté en algunas ocasiones de trabajar en equipo, cosa que no me dio buenos resultados, entonces regresé a trabajar en solitario. Tal vez no sea para siempre, pero es un buen entrenamiento personal.
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